Nada más llegar a La Serena, furgoneta y hacia Punta Damas... Allí, en una barca de pescadores, con unos chalecos fosforitos que se adornaban con faltas de ortografía, oí esta frase: "Creo que es el día más feliz de mi vida". Fue justo después de grabar el vídeo y creo que define a la perfección lo que esos animales hicieron sentir a toda esa barca llena de guiris... Bueno, mis gritos y los de las personas de las que gozaba compañía también son muy descriptivos...
Resultó que los pingüinos no eran la gran atracción, unos preciosos delfines de 400 kgs. les quitaron protagonismo... Sin embargo, no os dejaré sin imágenes de éstos, ya que siguen siendo igual de bonitos y simpáticos... Algún amiguito más también encontré y conseguí inmortalizarlo justo antes de echarse a dormir...
Luego nos esperaba el desembarco en una isla paradisiaca en la que el hombre casi no ha puesto su huella...
Paseo de reconocimiento y hasta escalada para conseguir llegar al faro...
Grata compañía, paisaje inmejorable y una tranquilidad inmensa...
La vuelta fue algo más típico del país... Beber Pisco, comer papas fritas, beber terremotos... Un buen plan, la verdad...
El viaje dió para mucho más, pero esta entrada sería demasiado larga y aburrida. Dejaré detalles para mañana, que será otro gran día en esta aventura...
Mientras tanto... sean felices y cuidense.
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